Apilables: un juego de siempre

Para poder entender por qué nos parecen tan importantes tendremos que partir de una premisa: La evolución cognitiva de lxs peques es una aventura alucinante y con esto quiero decir que el juego entre los 0 y 3 años pasa por tantas etapas e intereses y tan velozmente, que los cambios se suceden día a día y semana a semana. La primera infancia es una fase de desarrollo "a lo bestia". Empezando porque en apenas 18 meses los humanos congregamos transformaciones importantes: de comer sólo líquidos a ingerir sólidos, "sufrir" la dentición con las molestias en las encías que se rompen para dar paso a los primeros dientecitos, empezar a comunicarnos y desarrollar el lenguaje gestual y hablado además de  pasar de estar tumbados a ser bípedos ¡todo en sólo 18 meses!

En la tienda siempre les contamos que entre los 6-8 meses ocurren muchas cosas, sin embargo uno de los hitos más importantes en el mundo del los primeros juegos es que el bebé logra sentarse con estabilidad. Este cambio permite que lxs niñxs varíen su perspectiva visual además de poder emplear ambas manos en el juego. Es por eso que las Cajas Nido se convierten en una opción de juego potente. Pueden usarlas para colocar dentro objetos (y ¡claro sacarlos!).

El juego repetitivo de meter y sacar de un caja es realmente la puesta en acción de una actividad aún más importante. Desde los 4 meses lxs pequeñxs están desarrollando un concepto fundamental para la capacidad de representación, que no verá su culminación probablemnet hasta los 24 meses. A partir de los 8 meses en adelante (y hasta cumplir aproximadamente los 2 años)  se va construyendo el concepto de permanencia objetal (o como le llaman en pedagogia Montessori "conservación"), esto no es más ni menos que "saber" que algo está (se mantiene o conserva) aunque no esté dentro de nuestro campo visual. Lo que significa, que seamo capaces de crear su representación mental. Ese proceso tan complejo, es evidente que no ocurre rápidamente. Se va construyendo. Una de las maneras de hacerlo es empleando Cajas Nido. Porque con ellas, los y las niñas juegan a introducir objetos varios, al meterlos y notenerlos ni en la mano ni dentro de su campo visual, el o la peque se pregunta si ha desaparecido y para confirmar que aún está, vuelcan el contenido para que "reaparezca" el objeto.

 La Permanencia Objetal (concepto acuñado por Jean Piaget) es una conquista indispensable y fundamental en la evolución cognitiva porque permitirá al pequeñín y pequeñina una vez alcanzada, simbolizar e imaginar. Representar mentalmente el objeto, gracias a eso, cuando sean mayores, podrán imaginar cómo se verá ese sofá que tanto les gusta en el salón antes de comprarlo. Porque no sólo representamos mentalmente la imagen, sino también su masa y volumen ¿habías pensado en eso?. Igualmente, también le servirá cuando a los cinco años ese montón de arena que ven mamá y papá en el platito, en realidad es un suculento y humeante trozo de pastel recién horneado. 

De esta manera, cuando veas a tu peque manipulando las piezas para intentar atinar en el agujero y así encajarlas y apilarlas, o cuando lo veas "desordenándote" los túpper en la cocina o simplemente maravillado con un juguete compuesto por múltiples cajas o cuencos, puedes estar segura de que su diversión está en paralelo, ayudándole a desarrollarse, favoreciendo su coordinación ojo-mano, fortaleciendo su motricidad fina y sus habilidades manipulativas, además de adquiriendo conceptos de volumen y geometría.

Cuando es capaz de sentarse con autonomía, las cajas son una invitación a explorar y descubrir. Podrás usarlas en el juego acompañado como un cucú-tras (colocando y descubriendo pequeños tesoros bajo ellas) con risas y carcajadas aseguradas, pero también en su juego libre y exploratorio, intentando apilarlas en forma de nido, una dentro de otra, o jugando con apilables de varios ejes clasificando y organizando las piezas por forma, color o tamaño. Las cajas-nido, los apilarles y los juegos encajables son un material fantástico porque les invitará a colocar una caja o pieza sobre otra, formando, por ejemplo, una torre y experimentando con el equilibrio. Los apilables y encajables ofrecen un juego polivalente y rico que es lo que ha permitido que se perpetúe en el tiempo por generaciones y generaciones.

Si tu opción para sus diez meses o su primer cumpleaños es uno de estos juguetes, puedes tener por seguro que acertarás, pasen los años que pasen, seguirá siendo un juguete estupendo desde que se sientan con autonomía y hasta los 36 meses de edad, en cada etapa jugando con ellos de una manera diferente, así que es una buena inversión pues tiempo tendrá para trastear el mundo con él y descubrir sus bondades lúdicas. 

Esperamos haber aportado un poquito más en el valor y recursos de diversión y aprendizaje que esconden este clásico de todos los tiempo ¿a qué esperas? ve a hacer torres con esas maravillosas cajas-nido que te regalaron hace tiempo o a ensartar anillas con tu peque ¡se lo pasarán pipa ambos!

Hasta la próxima, familias...