Juguetes STEM - STEAM
Jugando aprendo
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¿Novedad o re-make?
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El mundo del juguete no está exento del impacto publicitario. Desde hace algunos años ha aumentado la demanda de juguetes llamados STEM. STEM es el acrónimo en inglés de Sciences, Technoloy, Engeenering , Mathematics (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Y desde hace menos tiempo ha sido ampliado para felicidad de los de Letras y Humanidades con la A de arts (artes) y la M de music (música), Quedando ahora para los más inclusivos como STEAMS.
Probablemente porque el avance tecnológico es una realidad y porque nuestros niños y niñas no son ajenos a su alcance e influencia, se ha expandido la tendencia en los fabricantes de juguetes a crear productos que satisfagan la demanda de juegos destinados a desarrollarlas potencialidades y destrezas tecnológicas en lxs peques.
Claro, si pensamos que las potencialidades necesarias para entender el funcionamiento de la tecnología realmente sobrevienen de la propia curiosidad y espíritu investigador innato de la infancia, nos toparemos de frente con la pregunta irrenunciable de ¿qué debe potenciar un juguete para ofrecer el desarrollo de las capacidades científicas de los niños y niñas? Es decir, para ser catalogados como STEAM. -
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Un juguete que fomenta la investigación, la creación de series y clasificaciones, el pensamiento lógico-matemático, la resolución de problemas, la comprensión de las relaciones causa-efecto y/o el funcionamiento de mecanismos y procesos, es en toda regla un juguete STEAM.
Con esto quiero decir que no tienen que ser necesariamente robóticos o programables para ser considerados dentro del espectro de los juguetes STEAM. Valga decir, que en muchos casos, la etiqueta STEAM ha sido empleada para publicitar de cara al consumidor un valor pedagógico en productos altamente tecnologizados, cuando incluso sin ser tan sofisticados, podrían tenerla. -
Cuando un juguete estimula la indagación y la reflexión con miras a solucionar un obstáculo, inconveniente o problema, está creando una actitud científica (investigadora) en los niños y niñas. Cuando en un juego se fomenta el uso de la resolución de problemas, el aprendizaje de un proceso físico (que puede ser la gravedad en una construcción con piezas), químico (como emulsionar aceite para hacer mayonesa) y, experimentalmente los niños y niñas que juegan llegan a conclusiones que derivan en la resolución del reto o en el alcance del objetivo propuesto, estamos sin duda frente a un juguete o juego con las cualidades y beneficios de los llamados en el mundo Millenial: STEM-STEAM.
El criterio STEM surge de la apreciación por parte de los círculos académicos de una pérdida gradual de interés en los estudiantes a la hora de elegir carrera universitaria por aquellas opciones de ciencias. Eso derivó en la conclusión de que durante la etapa infantil, primaria y preparatoria, el sistema educativo formal alejaba a niños y niñas de una formación que promoviera su interés investigador y desarrollara las destrezas indispensables para convertirse en uno. Es decir, que había poco deseo en niños o niñas de llegar a convertirse en científico/as de mayores.
Tras múltiples estudios, se asumió que la falta de interés por la ciencia se debía a una desconexión precipitada, quizás por el propio sistema educativo, de aquellos contenidos que vinculados entre sí facilitarían una predisposición a la investigación y al entendimiento global y holístico del conocimiento. En ese marco se genera una transformación de los contenidos educativos en EEUU, Reino Unido y Finlandia. Dicha transformación intenta corregir la tendencia a parcelar el conocimiento. Por lo que bajo la nueva óptica, crean contenidos educativos que bajo la premisa del "aprender haciendo" (ya lo decía Montessori, Steiner y Piaget, entre otros) permiten a los niños aproximarse a la ciencia en interactuar simultánea y multidisciplinarmente varias áreas de conocimiento.
Y cómo les mencionaba en párrafos anteriores, también se comprendió que el acrónimo estaba incompleto, pues las artes y la música promovían un tipo de desarrollo cognitivo que potenciaba las capacidades creativas, imaginativas y resolutivas necesarias e imprescindibles para forjar el carácter científico. -
A estas alturas de la reflexión estarás pensando que una construcción de bloques de madera, el Meccano como el que Lis Reyes Magis te sorprendieron una Navidad, los circuitos con plastilina y bombilla, así como una torre matemática de maderas de colores, son verdaderos juegos STEAM, y sí, no tiene que ser un dron para llevarse la pegatina. El problema no es el material del que estén hechos, es la plasticidad del juego lo que verdaderamente comporta una diferencia importante, Porque cuando un niño o niña de 36 meses, juega con unos bloques de madera e intenta soportar una pieza sobre dos de tamaño diferente y no logra mantenerlos, desplegará una serie de intentos y razonamientos que le lleven a conseguir equilibrar la altura de los pivotes para que pueda sostenerse la pieza que termine su túnel. Es evidente que conforme van creciendo, los retos y dificultades a los que debe enfrentarlos el juguete o juego también van aumentando, paso a paso, por ensayo y error, y también por el afán investigador, los niños y niñas van entendiendo cómo funcionan las cosas. Aumentando el repertorio de problemas, van reconociendo también el repertorio de soluciones. Dicho de otro modo, es necesario entender el sistema de un engranaje, para luego ser capaz de explicar cómo puede moverse su bicicleta al pedalear.
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Un simple bloque de madera es un gran objeto para el entendimiento matemático. Los juegos con circuitos donde los niños y niñas pueden entender el proceso del flujo de la energía eléctrica, o cómo a través de poleas sube un ascensor, son producto de la experimentación con piezas. Aprendemos jugando, porque nos aproximamos al mundo de esta manera. Es por ello que para nosotros un buen juguete, uno de verdad, siempre tendrá ese espíritu curioso y despierto que los más modernos han llamado STEAM.
En nuestra tienda online, podrás encontrar muchos juguetes que, sin llevar baterías o sin ser teledirigidos, estimulan de manera incontestable el pensamiento científico, pues estimulan la curiosidad y la búsqueda de respuestas y explicaciones innovadoras en la ejecución de su experiencia ¿o no es esa la sensibilidad de la ciencia?
Hasta la próxima, familias!